Consiste en el deterioro de la visión foveal por falta de uso, no contrarrestable con medios ópticos. Se conoce como “ojo vago”. Se produce como consecuencia de factores como el estrabismo, la diferencia de refracción entre un ojo y otro (anisometría), falta de estímulo visual por entorpecimiento de una de las estructuras del ojo (cataratas congénitas, lesiones corneales, etc.), ptosis o caída excesiva del párpado superior, cuando llega a cubrir la pupila, o por Nistagmus.

Las ambliopías, unilaterales o bilaterales, afectan a la agudeza visual en mayor o menor medida. La ambliopía es una anomalía recuperable, por diversos métodos, preferentemente por oclusión del ojo de mejor visión, en el 95% de los casos, si se trata antes de los 4 años; y, en un 30% entre los 4 y los 8 años. A partir de esta edad los éxitos son escasos. De aquí la importancia de la detección precoz, y del papel que juega la observación del profesor, cuando aquella no haya tenido lugar, o cuando la anomalía causante aparece en el período escolar.