Coriorretinitis:
Inflamación de la retina, asociada a la inflamación de la coroides, que se produce como manifestación de una enfermedad general de etiología variada (toxoplasmosis, histoplasmosis, etc.) De origen congénito o adquirido.
Síntomas: disminución variable de la agudeza visual; anomalías de la visión periférica de distinto tipo; alteraciones de la forma de ver los objetos (metamorfopsias. micropsias: más pequeños y macropsias: más grandes); disminución del sentido luminoso; fotofobia.
Tratamiento y medios: tratamiento farmacológico y quirúrgico. Iluminación en función de la afección; lentes con mucho aumento.
Acromatopsia:
Anomalía congénita que se caracteriza por la ceguera total o parcial a los colores debido a la ausencia o anomalía de los conos.
Síntomas: fotofobia que disminuye con la edad; Nistagmus; capacidad visual perjudicada por la iluminación intensa; agudeza visual 1/10 en la forma completa; incapacidad para discriminar los colores.
Tratamiento y medios: baja iluminación (luz difusa); evitar reflejos; macrotipos; lentes tintadas; lentes para la lectura, aunque pueden leer sin ellas; lentes para la visión a distancia.
Degeneración Macular:
Anomalía de desarrollo y proceso degenerativo que afecta a la mácula. Se producen a cualquier edad (congénita, juvenil o senil).
Síntomas: visión central reducida; retina periférica normal; pérdida progresiva de la agudeza visual hasta 1/10 en la niñez y adolescencia; Nistagmus; fotofobia; dificultad para discriminar colores; ausencia de percepción de detalles a distancia.
Tratamiento y medios: iluminación variable; lentes de gran potencia, en combinación con lupas manuales; macrotipos.
Desprendimiento de Retina:
Agujeros, desgarros y separación entre la retina y la coroides consecuente con traumatismos o a enfermedades oculares.
Síntomas: metamorfopsia; fotopsia (llamaradas luminosas); agudeza visual variable (el desprendimiento total provoca la ausencia de percepción de luz); visión central, lateral y nocturna muy afectadas; escotomas; disminución del campo visual periférico.
Tratamiento y medios: tratamiento farmacológico y quirúrgico; iluminación muy intensa; lentes potentes (dependiendo de la afección en la visión periférica). Actividad física limitada. Macrotipos.
Fibroplasia Retrolental:
Neovascularización y aparición de pliegues retinianos desde su periferia hacia el vítreo por exposición excesiva al oxígeno en prematuros.
Síntomas: agudeza visual variable, inferiores a 1/70; miopía; es posible la lectura sin lentes; escotomas. Complicaciones secundarias: microftalmia, glaucoma y desprendimiento de retina.
Tratamiento y medios: tratamiento farmacológico y quirúrgico; control oftalmológico periódico por la propensión al desprendimiento de retina en edad adulta; iluminación muy intensa; lentes de mucho aumento.
Retinopatía Diabética:
Alteración de la retina por tratamientos insuficientes prolongados o por repetidos tratamientos deficientes de la diabetes.
Síntomas: hemorragias de vítreo y retina, observables en las exploraciones médicas; agudeza visual variable; distorsión de la imagen; anomalías en el campo visual central; visión nocturna defectuosa.
Tratamiento y medios: tratamiento farmacológico y quirúrgico, control dietético, iluminación intensa, auxiliares para el control de la iluminación; lentes cuando se estabiliza el proceso ocular.
Retinosis Pigmentaria:
Degeneración progresiva crónica de la capa pigmentaria de la retina, de origen congénito-hereditario o que se desarrolla en la infancia.
Síntomas: ceguera nocturna; retracción concéntrica creciente del campo visual; visión central conservada que se empobrece progresivamente con la edad; discriminación defectuosa de los colores.
Tratamiento y medios: iluminación intensa y lentes de baja potencia.
Cataratas Congénitas:
Opacidad congénita de etiología hereditaria, embriopática (rubéola) o metabólica (galactosemia) que afecta al cristalino. Puede asociarse a otras anomalías congénitas.
Síntomas: microftalmia, leucocoria, agudeza visual variable con relación a la colocación de la catarata y a su densidad; visión nocturna normalizada; pérdida de visión periférica; diplopía (visión doble) por la refracción irregular del cristalino; miopía; pérdida de la percepción de la profundidad.
Tratamiento y medios: tratamiento farmacológico y, posiblemente quirúrgico; determinación periódica de la agudeza visual; lentes para la lectura; telescopios para lejos; macrotipos; iluminación circundante promedio y débil. Caso de catarata central, iluminación intensa.
Subluxación De Cristalino:
Dislocación total o parcial del cristalino. Se asocia a los síndromes de Marfan (acromacria: individuos extremadamente altos y delgados que presentan aracnodactilia) y de Weil-Marchesani (braquimorfia: individuos bajos y musculados), de transmisión hereditaria.
Síntomas: agudeza visual variable; miopía; astigmatismo; aprender a ver a través del cristalino dislocado, muy miope, o a través de la zona afáquica de la pupila; con la debida inclinación de la cabeza inclinación de la cabeza, pueden leer sin gafas. Complicaciones secundarias: desprendimiento de retina (síndrome de Marfan) y glaucoma (síndrome de Weil-Marchesani); cardiopatía.
Tratamiento y medios: tratamiento farmacológico; iluminación promedio o débil; lentes de mucho aumento; evitar actividades físicas violentas; adoptar posiciones compensadoras que le permitan la lectura; macrotipos.
Afaquia Quirúrgica Por Cataratas Congénitas:
Ausencia total o parcial del cristalino por intervención quirúrgica subsiguiente a cataratas congénitas.
Síntomas: percepción de imágenes amplificadas según el tipo de lentes utilizadas (gafas, lentes de contacto o lentes intraoculares); agudeza visual variable; visión periférica disminuida cuando utiliza gafas. Tras la intervención, incapacidad de acomodación y deslumbramientos.
Tratamiento y medios: tratamiento farmacológico; posibilidad de nuevas intervenciones quirúrgicas; gafas, lentes de contacto o intraoculares (todas de mucho aumento); lentes teñidas en el postoperatorio; iluminación promedio o débil, evitando los reflejos.
Nistagmus:
Oscilación corta, rápida e involuntaria del globo ocular que conduce a una visión imperfecta. Generalmente asociado a opacidades de los medios refringentes, afecciones intraoculares, albinismo, anomalías de refracción y otras anomalías congénitas.
Síntomas: disminución de la agudeza visual; movimientos u oscilaciones oculares iguales en naturaleza, dirección y frecuencia (si no existen otro tipo de lesiones). Los más frecuentes son de lado a lado (Nistagmus lateral), alrededor del eje anteroposterior (Nistagmus rotatorio) y, a veces, de arriba abajo (Nistagmus vertical).
Tratamiento y medios: corrección de las anomalías de refracción. Bloqueo del Nistagmus mediante la fijación en el objeto con el ojo aducido, el que se desplaza hacia la nariz; se acompaña de un movimiento de cabeza en dirección contraria hacia el objeto que se enfoca. Bloqueo por convergencia, aunque la fijación se realiza con un solo ojo; se acompaña de un movimiento de cabeza en la dirección del ojo fijante tanto de cerca como de lejos.
Hasta ahora hemos hecho referencia a trastornos o enfermedades visuales bilaterales, aunque algunas de ellas puedan afectar a un solo ojo. Existen, no obstante anomalías que, aun no siendo consideradas como enfermedades, requieren nuestra atención por ser de una incidencia muy generalizada en la población, corregibles a su debido tiempo, y que también aparecen en los deficientes visuales graves. Hacemos alusión al estrabismo, a las anomalías de refracción ocular y a la ambliopía.
Estrabismo:
Consiste en la desviación manifiesta del paralelismo de los ojos en las posiciones primarias y cardinales de la mirada, de manera que mientras un ojo fija, el otro se desvía (ojo estrábico) hacia adentro (estrabismo convergente), hacia fuera (estrabismo divergente). Se asocian por lo general a hipermetropía y a miopía, respectivamente. Existen desviaciones verticales y torsionales. La desviación puede fluctuar de un ojo a otro (estrabismo alternante).
Esta anomalía en la movilidad ocular afecta a la agudeza visual del ojo estrábico gravemente y a la visión binocular. El tratamiento comprende la corrección de los vicios de refracción, la oclusión del ojo no desviado, la educación de la facultad de la fusión y la intervención quirúrgica.
Atrofia Óptica:
Degeneración de las fibras ópticas asociada a lesiones cerebrales.
Síntomas: palidez papilar; disminución de la agudeza visual; contracción concéntrica, irregular o en forma de sector del campo visual (afecta a la percepción de las formas y los colores, primero para el verde, luego para el rojo y después para el azul); disminución del sentido luminoso; dilatación e inmovilización progresiva de la pupila; progresión hacia la ceguera.
Tratamiento y medios: tratamiento farmacológico; iluminación intensa; lentes de mucho aumento; macrotipos.
Glaucoma:
Aumento de la presión intraocular por anomalía en el flujo de salida del humor acuoso, o en su formación, que produce defectos del campo visual imputables a atrofia de las células ganglionares retinianas y del nervio óptico. Se presenta congénito o asociado a otras anomalías congénitas, o secundario a enfermedades, traumatismos o intervenciones quirúrgicas oculares.
Síntomas: fotofobia; lagrimeo; nebulosidad corneal; aumento del diámetro corneal; aumento de la presión intraocular; disminución general de la capacidad visual; alteración de la visión periférica; escotomas; el campo visual central no se afecta hasta un estado avanzado; alteraciones en el campo cromático; dificultades para la lectura; para ver objetos de grandes tamaños y en el desplazamiento; agudeza visual mantenida, si no existen otras anomalías; visión nocturna disminuida; puede evolucionar hacia la ceguera.
Tratamiento y medios: tratamiento farmacológico y quirúrgico; iluminación intensa; lupas potentes muy cercanas al ojo.
Queratitis
Inflamaciones de la córnea asociadas a traumatismos, infecciones, trastornos de la nutrición corneal, exposiciones prolongadas a los agentes externos, etc. Suelen acompañarse de congestión del iris, del cuerpo ciliar y de la conjuntiva.
Síntomas: dolor, fotofobia, lagrimeo, disminución de la visión, sobre todo a distancia y opacidad corneal.
Tratamiento y medios: tratamiento farmacológico, intervención quirúrgica, lentes de contacto blandas, control de la iluminación. Distrofias Corneales:
Alteraciones primarias, hereditarias y bilaterales de la córnea.
Síntomas: enturbiamiento de la visión, dolor, fotofobia, cicatrización y vascularización.
Tratamiento y medios: tratamiento farmacológico, intervención quirúrgica, luz intensa o media, lentes de lectura con mucho aumento.
Queratocono
Caso de distrofia corneal que se caracteriza por una córnea cónica (abombamiento), por adelgazamiento y desviación gradual del vértice hacia abajo y adentro. Anomalía del desarrollo o hereditaria asociada a varias anomalías oculares.
Síntomas: opacidad de la córnea, astigmatismo, pérdida de visión periférica, con aumento de la distorsión en todo el campo, disminución progresiva de la agudeza visual.
Tratamiento: luz intensa y promedio, lentes de contacto duras (blandas en caso de intolerancia) para retrasar el progreso de la lesión.Lentes a distancia y de lectura con mucho aumento, aunque posibilita la lectura sin lentes, macrotipos e intervención quirúrgica en los casos avanzados.
Albinismo:
Iris traslúcido por disminución o ausencia de pigmentación.
Síntomas: fotofobia variable, Nistagmus, agudeza visual disminuida por hipoplasia macular, anomalías de refracción (astigmatismo y miopía, preferentemente), piel pálida, pelo blanquecino, rubio o castaño claro, al igual que cejas y pestañas, consecuentes a la hipopigmentación, son frecuentes.
Tratamiento y medios: iluminación normal o baja; lentes oscuras y de mucho aumento, de contacto; de cerca y de lejos; macrotipos y, sobre todo, prevención de reflejos luminosos, más molestos que la iluminación general intensa.
Aniridia:
Ausencia parcial o total del iris. Su origen es hereditario.
Síntomas: fotofobia, Nistagmus, agudeza visual disminuida por aplasia macular que llega a normalizarse en ambientes de iluminación muy baja. Complicaciones secundarias: glaucoma, vascularización, opacidad corneal y de cristalino.
Tratamiento y medios: tratamiento farmacológico; intervención quirúrgica dependiendo del grado de anormalidad; vigilancia médica preventiva; iluminación promedio y débil; controles de iluminación por medio de lentes y lentes de lectura con muchos aumentos.
Coloboma:
Defecto o ausencia de estructuras por cierre imperfecto de la hendidura fetal, existiendo una sola muesca del iris, generalmente en la porción inferior, o abarcar a su totalidad. Con frecuencia se asocia a una afección similar en el cuerpo ciliar, la coroides, la retina o la papila.
Síntomas: Nistagmus, estrabismo, fotofobia, hendidura y ausencia de tejido, agudeza visual disminuida y pérdida periférica del campo visual. Puede aparecer unido a otras anomalías congénitas, en especial microftalmia, anomalías faciales y cefálicas, retraso mental, etc.
Tratamiento y medios: intervención quirúrgica, iluminación intensa o normal, lentes coloreadas, gafas de sol, ayudas ópticas que aumenten el tamaño de la imagen, macrotipos.
Para una mejor comprensión de la óptica ocular y sus defectos se ha construido el llamado ojo teórico en el que su foco se hace coincidir con la retina a diferencia con el ojo esquemático en el que el foco es anterior y la imagen llega invertida.
La situación de un correcto enfoque se conoce como emetropía; la situación contraria o desenfoque se conoce como ametropía. La ametropía es el estado en el que el ojo en reposo no puede formar sobre la retina las imágenes de los objetos distantes. Existen tres defectos principales de la refracción ocular en los que el foco del sistema no coincide con la retina, por lo que no se produce un buen enfoque.
Miopía:
Es una anomalía de refracción por la que, en estado de acomodación completamente relajada, los rayos paralelos se enfocan delante de la retina, cruzándose en el vítreo, adquiriendo una dirección divergente de manera que se enfocan en la retina formando un círculo de difusión, una imagen confusa. A su vez puede ser de índice, cuando se debe a un aumento del poder refractivo de la córnea o cristalino, o axil, cuando existe un aumento de la longitud anteroposterior del ojo, siendo esto último lo más frecuente. Hay también un tipo de miopía llamada de curvatura en la que hay un aumento de la curvatura corneal, que condiciona una mayor potencia del sistema de refracción ocular. La miopía se corrige con lentes divergentes y produce una visión imperfecta a distancia.
Clínicamente se distinguen dos formas de miopía, la simple y la maligna o degenerativa. En ésta última lo más importante no es el defecto refractivo, sino las alteraciones degenerativas que sufre la retina; esta enfermedad es causa del mayor número de consultas por situaciones de ceguera legal.
Hipermetropía:
Anomalía congénita, con frecuencia hereditaria, que se produce como consecuencia de un acortamiento del diámetro anteroposterior del ojo (axil) aunque también hay situaciones clínicas de aplanamiento corneal (curvatura) y alteraciones en los medios refringentes. Una forma especial de esta hipermetropía es la afaquia (ausencia del cristalino), generalmente quirúrgica (por extracción de cataratas). En la afaquia la corrección necesaria es muy alta, de unas 12 D.
Es un vicio de refracción en el cual, con la acomodación completamente relajada, los rayos paralelos procedentes de los objetos distantes se enfocan detrás de la retina. Los rayos divergentes que proceden de los objetos cercanos son enfocados aún más atrás. El ojo hipermétrope sin acomodación, no puede ver con precisión ni los objetos distantes ni los cercanos. El tratamiento, cuando sea conveniente, consiste en la prescripción de lentes convergentes.
Astigmatismo:
Puede aparecer solo o combinado con alguno de los anteriores. Es el estado de refracción del ojo en el cual hay diferencia en el grado de refracción en los diferentes meridianos, de modo que en cada uno de ellos los rayos paralelos se enfocan en puntos diferentes, debido a que las superficies refringentes no son esféricas.
Aunque dependiendo de las variaciones de cada meridiano, puede clasificarse de múltiples formas; las que más nos interesan son las siguientes:
- Astigmatismo regular: cada meridiano tiene un mismo radio en toda su longitud. Son los más habituales y pueden ser miópicos, hipermetrópicos y compuestos.
- Astigmatismo irregular: un mismo meridiano puede tener variación de radio en diferentes partes. Suelen deberse a procesos cicatriciales o a distrofias corneales con ectasia como el queratocono. El astigmatismo se corrige con lentes tóricas, lentes mezcla de cilindro y esfera. Los irregulares se suelen corregir mejor con lentes de contacto rígidas.
Presbicia:
Independientemente de los defectos refractivos anteriormente descritos, existe una alteración funcional de la refracción que aparece con la edad consistente en una dificultad progresiva de enfoque en distancias cortas. Se conoce como presbicia o vista cansada y es debida a la fatiga del músculo ciliar combinada con un aumento de la rigidez del cristalino que dificulta su deformación fisiológica durante la acomodación. Forman parte del proceso de envejecimiento y suele comenzar alrededor de los 40 años.
Clínicamente se manifiesta con dificultad para realizar tareas de visión cercana (lectura, costura, etc.) mientras que de lejos la visión permanece estable. Se corrige con lentes convergentes que se utilizarán sólo para cerca, manteniéndose la misma corrección de lejos si la hubiera.
Consiste en el deterioro de la visión foveal por falta de uso, no contrarrestable con medios ópticos. Se conoce como “ojo vago”. Se produce como consecuencia de factores como el estrabismo, la diferencia de refracción entre un ojo y otro (anisometría), falta de estímulo visual por entorpecimiento de una de las estructuras del ojo (cataratas congénitas, lesiones corneales, etc.), ptosis o caída excesiva del párpado superior, cuando llega a cubrir la pupila, o por Nistagmus.
Las ambliopías, unilaterales o bilaterales, afectan a la agudeza visual en mayor o menor medida. La ambliopía es una anomalía recuperable, por diversos métodos, preferentemente por oclusión del ojo de mejor visión, en el 95% de los casos, si se trata antes de los 4 años; y, en un 30% entre los 4 y los 8 años. A partir de esta edad los éxitos son escasos. De aquí la importancia de la detección precoz, y del papel que juega la observación del profesor, cuando aquella no haya tenido lugar, o cuando la anomalía causante aparece en el período escolar.